"Juventud que desborda..."
No por nada cuando le das play al álbum suena una voz en estéreo que nos invita a relajarnos y disfrutar, seguida de algo como 'Nitro (youth energy)', marcada por sus acelerados riffs, una producción limpia, las características altas vocalizaciones de Dexter Holland y una letra que nos invita a vivir el momento. En adelante, esta fórmula que insistirá en la velocidad se reiterará con fuerza, tanto en la pasada por 'Genocide' + 'Something to believe in' como 'It'll be a long time' + 'Killboy powerhead', aunque entre estas algo de aspereza percibiremos en 'Bad habit', con seguridad el tema más atrevido del álbum en términos de arreglos con esa impecable introducción de bajo, y 'Gotta get away', canciones que en cierto modo equilibran al disco bajando un tanto las revoluciones.
Las joyas de la corona, sin embargo, estarán puestas en el nudo y recta final del álbum. Sonarán acá verdaderos himnos noventeros, primero 'Come out and play' con esas míticas baquetas que golpean y anteceden aquel "You gotta keep'em separated" que abre los fuegos y volverá a aparecer en cada coro (en una canción que realiza referencia a la violencia existente en las escuelas), luego una divertidamente patética 'Self esteem' (con una apertura que parece coro de borrachos) que abordará una relación tóxica en voz de un tipo que acepta ser pisoteado ("Si, sé que me utiliza / Está bien porque disfruto el abuso / Sé que ella juega conmigo / Está bien porque no tengo auto estima...") y hacia el cierre la curiosa 'What happened to you', una especie de reggae acelerado referido a una amistad que se está perdiendo en el mundo de las adicciones. Tras esta última ciertamente el álbum transmite el haber entregado lo que podía, limitándose a cerrar con el clásico relleno de rigor que conseguirá que el disco supere los cuarenta minutos de duración (debió ser más corto, que duda cabe).
Las temáticas serán diversas en este Smash, así como los arreglos simples, encontrando principal mérito en el como The offspring fueron capaces de tocar asuntos serios en un tono liviano, sonando siempre contagiosos y dueños de una juventud que desborda todo el tiempo el álbum. En adelante la banda acabaría presa de su propio estilo, siendo incapaces de dar un paso cualitativo hacia el frente (lo intentaron quizás con Ixnay on the hombre unos años más tarde), lo cual inevitablemente desembocaría en una discografía que tendió decaer disco tras disco. Como sea, el de 1994 quedará enmarcado siempre como uno de los fenómenos noventeros más relevantes y ciertamente uno de esos álbumes que ayudó a cambiar (para bien y para mal) el rumbo de la década.
¿Canciones? 'Nitro (youth energy)', 'Bad habit', 'Come out and play' y "Self esteem'.
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