martes, 24 de mayo de 2022

Bloc Party: Alpha Games (2022)

"Grato auto homenaje..."

La historia es conocida: los ingleses de Bloc party vivieron un dramático desinfle tras su primer y bullado debut Silent alarm (2005), de cuya resaca jamás pudieron recuperarse, y si bien nobleza obliga a admitir que A weekend in the city (2007) mereció mejor suerte, la banda inevitablemente quedó fuera de posición durante toda una década, al punto de instalarse en la intrascendencia mediante álbumes como Four (2012) o Hymns (2016). El caso es que seis años han pasado desde este último, y quien lo diría, cuando nadie realmente lo esperaba los de Kele Okereke se las han arreglado para entregar un sexto trabajo más que digno y que goza de una frescura que no les oíamos desde hace demasiado. 

Puede que haya sido el cambio de formación (bajo y batería) o efectivamente el tiempo transcurrido, el caso es que los casi cuarenta minutos de Alpha games nos traen de regreso a una versión moderna y atractiva de Bloc party, una que homenajea de grata forma el sonido inquieto de sus inicios yendo al hueso en cada una de sus canciones (todas rondan los tres minutos, sin vueltas de tuerca en sus estructuras). En ese camino encontramos canciones de alta dinámica y velocidad como 'Day drinker', 'Traps' o 'Callum is a snake' ,donde Kele se lanza al relato hablado y el bajo saturado + batería se toman los dos minutos de canción, o medios tiempos bien trabajados como 'You should know the truth', todo enmarcado en un sonido donde las guitarras son protagonistas, pese a sonar a cosas que hemos oído muchas veces durante esos últimos casi veinte años. 

Pese a que en general las ideas andan bien en el disco y (al menos) la banda se oye convincente en lo que desarrolla, habrán momentos donde el asunto no logra llegar a punto, como ocurre en el nudo del disco con 'Rough justice' + 'The girls are fighting', dos canciones que pedían algo más, algún giro que las volviese interesantes y no tan obvias, algo que si aparece en 'Of things yet to come', con seguridad la canción más atrevida de todas y la única que desarrolla elementos que crecen en su estructura, con momentos melódicos y guitarras que explotan en colores. 

De la recta final queda por destacar lo gratos que suenan los arreglos de 'By any means necessary' y el buen cierre en total calma que regala 'The peace offering', con un Kele que se disfraza primero de Leonard Cohen y luego de Jarvis Cocker, esto en medio de canciones que cumplen en lo suyo (aunque si el disco tenía dos menos, no pasaba nada), cerrando así un álbum que honestamente nadie esperaba pero se las arregla para regalar una buena versión actual de Bloc party, un correcto auto homenaje que incluso ellos mismos merecían regalarse.  

¿Canciones? 'Traps', 'Of things yet to come', 'The peace offering'.

7/10
Muy bueno.


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