lunes, 29 de noviembre de 2010

Arcade fire : The suburbs (2010)

"Una hermosa realidad..."

Otro disco tremendamente esperado ha visto la luz en este 2010. Se trata de Arcade fire, la gran y audaz promesa del rock de los últimos años, una propuesta que tanto con Funeral (2004) como con Neon bible (2007) supo mantenerse al margen de cualquier tendencia del momento y ganarse un espacio en base a algo que no se encuentra en cualquier esquina: identidad. El caso es que había (altas) expectativas en torno al tercer álbum de los canadienses y estos no solo han sabido estar a la altura sino que han corrido los límites de lo posible mediante un trabajo extraordinario en todas sus dimensiones,  dieciséis temas que en sesenta minutos (lo más extenso entregado a día de hoy) continúan mostrándoles como un bicho raro difícil de encasillar y catalogar, una banda que logra sonar interesante y diversa, que sabe cuando colocar a las melodías por delante y cuando apostar por una producción que empape el sonido.  

El tercer disco de Arcade fire se plantea como un verdadero viaje y debe ser enfrentado como tal, donde las emociones van fluctuando cual montaña rusa, aspecto que se aprecia desde la partida en 'The suburbs' (la canción), donde se muestran brillantes e iluminados de la mano de una melodía sutil, exquisita y un sonido electroacústico sencillo pero que conecta, al cual le seguirá el rock directo y golpeado de 'Ready to start', donde la banda apela a la fuerza no tanto de los arreglos (que insisto, son muy simples, incluso carentes de distorsión) sino de la dinámica de la canción. En adelante, el disco oscilará entre canciones de producción desprolija, incluso desnudas, donde las armonías son el principal gancho, como ocurre en 'Modern man', 'City with no children' (donde la presencia/influencia de U2 es bastante evidente) o en la notable 'Suburban war', ejemplo de hasta donde este disco es capaz de llegar, y otras sobre cargadas, ya sea en tonalidades bajas como 'Rococo' (maravilla de canción, de lo mejor logrado del álbum), apostando por el rock en 'Empty room' (una de las que recuerda la crudeza exhibida en Funeral años atrás) o entregando protagonismo murallas sonoras en 'Half light' (I y II).

Lejos de bajar el nivel, la segunda parte del disco continuará derrochando creatividad y diversidad, como cuando juegan a ser Ramones en 'Month of may' (un claro homenaje a 'Beat on the brat') para luego ir directo a la calma en acústico de 'Wasted hours' + 'Deep blue', otra maravilla esta última (y ya van...) gracias a sus tonos tan delicadamente dramáticos entregados por un piano que se estrella con guitarras cada coro. En la recta final, 'We used to wait' apostará por la intensidad (nuevamente con un piano marcando el tiempo), para cerrar definitivamente con 'Sprawl' otra en partida doble, con un Win Butler teatral en la primera y una Regine Chassagne regalando synth pop ochentero en la segunda.  

En definitiva, un disco inquieto, creativo y valiente que no solo se encuentra a la altura de lo que prometía la banda sino que se enmarca como lo mejor que han lanzado a día de hoy y, sin miedo a exagerar, uno de los álbumes que seguro recordaremos con emoción dentro de diez o quizás veinte años más. Arcade fire son una hermosa realidad y están acá para maravillar nuestras vidas. Benditos sean por eso.

¿Canciones? 'The suburbs', 'Rococo', Suburban war', 'Deep blue'.

9,5 /10
¡Brillante!

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