"Simplifican las formas …"
Hay varios cambios que han decidido realizar para esta ocasión, entendiendo que el producto debe verse coherente desde todos lados. Han modificado su estética, por ejemplo, girando hacia una cosa mucho más noventera, mientras que desde lo musical se han alejado de los riffs densos y pesados de discos anteriores, acortando también la duración del álbum (que no alcanza los cuarenta minutos), aligerando sus canciones y poniendo fuerte énfasis en las melodías. Para todo esto han decidido trabajar con James Ford en producción, un tipo que antes colaboró con Arctic monkeys, Foals, Jessie Ware, Blur o este mismo año participó en el regreso de Pet shop boys, es decir, un experto en ayudarle a destrabar caminos a artistas en momentos particularmente delicados o cruciales. Y mal no les ha ido, pues sea como sea, finalmente todo ha colaborado para que Romance sea el disco que Fontaines D.C necesitaba a estas alturas de su carrera, ese álbum de pop pretencioso con el que desean llevar su música y mensaje a nuevos públicos pero sin jamás traicionar lo que son.
Por sobre todo, Romance es un álbum amigable con el auditor pero que al mismo jamás suena vacío o desechable. Es un producto elaborado al detalle, lleno de ricas melodías y poderosa diversidad, lo cual se transmite desde el primer minuto de música. Primero mediante 'Romance' (la canción), una declaración de amor y fidelidad oscura y tétrica que funciona perfecto como introducción, y luego sacando esa carta bajo la manga que es 'Starburster', donde reiteran una especie de advertencia al comienzo ("Podría sentirse mal...") para luego impactar con los marcados (y crípticos) fraseos de Grian Chatten seguido de un contagioso coro ("Voy a derribar tu negocio / Si es que es una felicidad momentánea"), en un single impecable, desafiante y juguetón.
Algo que Fontaines D.C reiterarán bastante a lo largo del disco será eso de comenzar los temas con el coro, ya sea entre guitarras en 'Here's the thing', tonos melancólicos en 'Desire', otros marcadamente etéreos en 'Sundowner' o cerrando el álbum entre aires acústicos y enamorados de 'Favourite', esto con la clara intencionalidad de ser directos con el mensaje. La banda no desean mentirnos y desde un comienzo colocan sus cartas sobre la mesa. Guste a quien le guste. Ahora, entre las mencionadas intercalan varias canciones amenas y livianas pero que nuevamente explorarán diferentes aristas, algunas como 'Bug' o 'Motorcycle boy' serán extremadamente sencillas (quizás demasiado) mientras que otras apuntarán a un sonido algo más reflexivo, como 'Horseness is the whatness' o la notable 'In a modern world', esta última representando un momento clave del álbum gracias a su tono marcadamente profundo y melancólico.
No todo será perfecto eso si. Efectivamente hay canciones que en su simpleza no parecen llevarte a algún lugar y se quedan únicamente en la intentona, como ocurre en las mencionadas 'Motorcycle boy' o 'Horseness is the whatness', por lo mismo se agradece la inclusión hacia el cierre de la cruda 'Death kink' (con esos exquisitos aires a Pixies), pues en cierto modo oxigenan un disco que entrando en su recta final parecía perder fuerza.
Romance, el cuarto disco de Fontaines D.C, es un triunfo para la banda y desde ya uno de los grandes discos que habremos oído este año. Y si, que la banda ha tanteado terreno simplificado las formas pero en general salen bien parados gracias al realce de melodías notables. Queda como desafío a futuro el que la banda pueda quizás incorporar a este sonido algo más de peso y acidez, porque claro, pese a que este álbum funciona muy bien, la sensación de que los irlandeses aún podrían encontrar su mejor versión sigue en el aire. El tiempo dirá...
¿Canciones? 'Starburster', 'In a modern world' y 'Favourite'.
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