miércoles, 23 de junio de 2021

Marina: Ancient Dreams In A Modern Land (2021)

 "Un buen punto de equilibrio..."

Caía de cajón el que tras un álbum tan confuso, extenso y poco logrado como Love + fear (2018), la siempre singular Marina Diamandis tendría que recular y volver al rebaño, digamos, a aquel pop contagioso de sus primeros dos álbumes. Se ha enfocado de esta forma en la búsqueda de melodías simples y contagiosas (asunto que se anticipaba a la luz de los adelantos), las cuales ha sabido potenciar con líricas de bastante contenido, asunto que había dejado ver de alguna forma en su antecesor (en canciones como 'To be human', por ejemplo) pero que acá ha sido explotado como nunca antes en su carrera, apuntando directamente a asuntos como el feminismo, el machismo tóxico, el racismo, la homofobia y la política en general. 

Ya desde su portada (de bastante mal gusto, digámoslo) el álbum busca marcar distancia con su anterior paso, escapando del blanco y negro para dar pasó a los colores. También lo hace con su música, abriendo esta vez con dos canciones ágiles, contagiosas y directas como 'Ancient dreams in a modern land' ("Tu no tienes porque ser como el resto / No tienes porque encajar en la norma / No estás acá para conformar...", afirma con fuerza en los coros) y 'Venus trap', que con su jovial sonido traerá al presente el recuerdo de The family jewels, su debut de 2010. Más adelante el disco dará continuidad a este camino cargado al pop dinámico, disparando directos dardos a las políticas de los Estados Unidos, primero con la potente 'Purge the poison', hablando de como el "capitalismo nos ha hecho más pobres" o que hoy el racismo y la misoginia están al descubierto, y luego con 'New America' ("Se que tenías grandes sueños y planes / Pero el abuso no te volverá la tierra de la libertad..."). 

Lo dicho, que el álbum es lo más actual y político que Marina ha lanzado, dejando de lado esta vez los amores y desamores que solían ser su foco temático en discos anteriores (como suele ocurrir con gran parte de las interpretes mujeres en el mundo de la música). Habrá algo de esto último, sin embargo, en algunas canciones, aunque siempre enfocadas hacia el amor propio, como sucede en 'I love you but I love me more' (que recuerda mucho el tipo de canción pop que trabajó en su notable Froot de 2015) o en toda la recta final, inundada por baladas sobre el piano como 'Pandora's box', 'Flowers' o 'Goodbye' (quizás, demasiado redundantes entre si y algunas muy Lana del Rey en lo suyo). 

En esa segunda cara del álbum, la de las baladas, mención aparte merece 'Man's world', desde ya una de las mejores canciones que Marina ha escrito en su carrera ("Me quemaste siglos atrás pensando que era una bruja / Ahora simplemente me llamas perra...") y también la sensible 'Highly emotional people', un llamado a desarrollar una masculinidad más enfocada en las emociones, cerrando así un trabajo que nos trae de regreso a esa Marina atractiva de oír, mejorando notablemente la experiencia respecto a su antecesor. Se queda algo corto en cuanto a arreglos, no alcanzando los niveles de Froot (2015),  pero si siendo capaz de entregar, en cuanto a temáticas, su producto más pensado a la fecha. 

¿Canciones? 'Ancient dreams in a modern land', 'Man's world', 'Purge the poison', 'I love you but I love me more'.

7/10
Muy bueno.


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