"Retorno de altura..."
Si en 2004 su retirada del circuito nos golpeó en frío, la noticia de su retorno a comienzos de este año fue más sorpresiva aún. Para bien o mal, nos habíamos hecho la idea de continuar viviendo sin su música y cuando parecíamos acostumbrarnos a la idea, a 10 años de su último trabajo de estudio, el gran David Bowie ha decidido volver con The next day, el cual desde la portada pareciese querer restarle un poco el dramatismo a todo esto. De igual manera supongo que por ahí también pasó la idea de anunciar de un día para otro el regreso (con single y todo), no dejando así demasiado espacio para que las expectativas aumentaran más allá de lo normal. Fue en enero cuando conocimos de pronto la noticia de que Bowie volvía a las pistas y a poco andar dos canciones (muy diferentes entre si) se mostraron para ir saciando el hambre de la audiencia. Ahora, hay que decirlo, sin ser malas canciones, ni "Where are we now?" ni "The stars (are out tonight)" sonaron demoledoras, por lo que algunas legítimas preguntas rondaron nuestras cabezas...¿tendría algo realmente interesante que decir Bowie a estas alturas de su vida o el tipo volvía simplemente revivir la nostalgia?
Y bueno, el álbum vive entre nosotros desde hace unas semanas por lo que habiéndolo oído muchísimas veces siento que las dudas se han disipado por completo. Bowie ha vuelto en forma, incluso en mucho mejor estado del que nos habríamos esperado. Con un disco correcto habría bastado pero The next day es mucho más que aquello, el trabajo no solamente cumple sino que además se da el gusto de encontrar momentos altísimos, que sin descubrir la pólvora logran sonar tremendamente disfrutables y que nos han recordado que no estamos hablando de cualquiera. Es Bowie, una leyenda viviente y un tremendo creador en vida.
Musicalmente The next day retoma la carrera de Bowie exactamente donde había quedado tras Heathen (2002) y Reality (2003). Un rock muy directo, guitarras limpias pero con mucha dinámica, una vocación melódica bien lograda y uno que otro momento íntimo marca de la casa. Bowie se lo tomó el serio, no cabe duda y pese a que esta vez no inventa nada nuevo, ha logrado generar un disco que va de menos a más, que posee en general un tono muy serio pero que en ningún caso suena a despedida.
La partida es explosiva, "The next day" (la canción) revienta nuestros oídos con un coro del que cuesta no enamorarse en una primera pasada. Ahora, las revoluciones bajarán rápidamente a cero con la muy madura "Dirty boys", calma que vuelve a contrastar con el rock de "The stars (are out tonight)". Bowie pareciese querer confundirnos yendo y viniendo durante los primeros tres temas, sin embargo, con "Love is lost" aparece el genio en plenitud y el disco encuentra regularidad. Los teclados que envuelven "Love is lost", sumados a la intensa interpretación de Bowie deben estar dentro de lo mejor del disco. A partir de acá el disco se va por un tubo, la oscuridad de "Where are we now?" es seguida de cerca por la muy melódica "Valentine's day", dando paso así al mejor momento del disco a cargo de la caótica dupla formada por "If you can see me" y "I'd rather be high", dos excelentes guiños a la etapa noventera e industrial de Bowie.
El disco se acerca al final y el nivel no decae. Nuevamente el ida y vuelta se hace presente cuando la intimidad de "Boss of me" se enlaza con la juguetona "Dancing out of space" seguida por las modernas guitarras de "How does the grass grow?" y "(You will) Set the world on fire" (otro de los grandes momentos del álbum). Y como siempre, un gran disco debe poseer un final acorde, el cual acá llega en tono solemne con la sólida "You feel so lonely you could die" y la creciente "Heat".
Alejado ya de la experimentación, de los excesos de discos tales como "Outside" (1995) o "Earthling" (1997) y de la frivolidad del glam ochentero, lo de David Bowie a estas alturas suena equilibrado y por sobretodo sólido. No tenía nada que perder y sin embargo nos ha regalado un trabajo de altura, un disco plagado, por sobretodo, de muy buenas canciones.
8 / 10
Excelente.
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