miércoles, 20 de abril de 2022

Rosalía: Motomami (2022)

"De todo un poco..."

Había morbo en torno a este lanzamiento. Cuatro años han transcurrido entre El mal querer (2018) y este Motomami, sin embargo, entre ambos ocurrió un acontecimiento no menor: él éxito en modo viral de una canción como 'Con altura', todo un acontecimiento que puso a Rosalía en boca de todos e incluso le abrió puertas en 2021 a otro hitazo como 'Linda' (junto a Tokischa). Había que ver por tanto hacia donde canalizaba la vocalista su momento, sobre todo considerando el que en su anterior álbum supo sonar a bicha rara, interesante y casi inclasificable. Por todo esto, el riesgo a marearse en el éxito y convertirse simplemente en "un producto más" estaba ahí, presente. ¿Insistiría entonces sobre la mixtura flamenco + pop emocional-conceptual o haría el (lógico) giro hacia el perreo y derivados? El resultado vive desde hace semanas entre nosotros y bueno, sin ser un mal disco, transmite la confusión de una artista que no ha sabido decidir el por donde tirar el carro, quedando a medio camino y entregando de todo un poco.

Me explico. En Motomami la vocalista convive con varias almas, algunas muy personales e íntimas, otras vacías y comerciales. El problema es que no ha escogido un camino, como quien desea gustar a todo el mundo. De esta forma, abre con los dos potentes minutos de 'Saoko', que tocará la gloria con su tono desafiante ("Yo soy muy mía, yo me transformo / Una mariposa, yo me transformo / Make up de drag queen, yo me transformo"), sin embargo, el disco no volverá jamás a regalar dinámica a este nivel. Con 'Saoko' intuimos de inmediato que en este disco la modernidad se comerá a las guitarras de El mal querer, y así ocurre, el problema es que el sabor no funciona. Resulta simpático el minuto de 'Motomami' (la canción) y hacia el cierre del disco entretiene el duelo femenino (con Tokischa una vez más) en 'La combi versace', pero antes de esta hemos pasado por un puñado de efectos vocales que no aportan, letras absurdas y cosas lamentables como 'Chiken teriyaki', 'Bizcochito', 'Diablo' o 'Cuuuuuuuuute'. Y de 'La fama' mejor ni hablar, una bachata en colaboración con The weeknd que no se entiende que pinta acá, fuera de sonar genérica a más no poder. 

No todo será negativo eso si, que al álbum le va bastante mejor cuando apunta al desamor en 'Candy' o 'Como un G' (bien logradas ambas), aflamencándose en 'Bulerías' y 'Sakura', o en los momentos declaradamente más dolorosos y sentimentales del disco, los cuales se viven en la preciosa 'G3n15' + 'Hentai'. Nos quedamos así ante un trabajo poco compacto, donde evidentemente el exceso de manos ha pasado cuenta. Un trabajo que contiene cuatro o cinco grandes canciones (que las hay) pero que como conjunto suena ambiguo tanto en lo musical como lírico, a ratos personal e incluso espiritual (hay muchas referencias al concepto de Dios en el disco), a ratos con personalidad, a ratos completamente vacío. 

Ah, y mención aparte para la espantosa portada. 

¿Canciones? 'Saoko', 'Candy', Como un G', 'G3n15'.

6,5 / 10
Cumple y algo más...

3 comentarios:

  1. Sexy es ja... tendría que escucharla, lo voy a hacer... saludos

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  2. Tremenda basura de album jajaja, se da una pelea con la portada que también es una mierda igual o peor

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