sábado, 21 de agosto de 2021

Wolf Alice : Blue Weekend (2021)

"El necesario paso hacia adelante..."

Cuando cierto sector de la crítica se empecina en elevar a una banda inevitablemente los cuestionamientos surgen: ¿Será para tanto o me están tratando de vender un timo? Lo cierto es que algo por el estilo ocurre con Wolf Alice, la última maravilla inglesa (o eso es lo que nos están diciendo) que debutó en 2015 planteándose desde el pop alternativo con My love is cool para luego confirmar sensaciones en un sólido (y elogiado) Visions of a life (2017). No son músicos dotados pero mediante una lograda producción logran sonar interesantes, Ellie Rowsell no es una grandiosa vocalista pero transmite, tiene impronta (si, que la comparación con Blondie y Debbie Harry, desde la portada del álbum a la postura , hace sentido) y así, todo en Wolf Alice pareciese tener carisma al punto de llevarte a superar el prejuicio. Ahora, si algo hay que darle de entrada a la agrupación es el talento de saber no acotar su sonido a un sólo género, donde pareciesen tomar algo de acá, de allá, y armarte un cóctel que efectivamente queda en aquel singular limbo del "ni tan pop ni tan alternativo" donde en la actualidad artistas como Angel Olsen o Sharon Van Etten, por ejemplo, saben moverse a absoluto placer. 

Lo más importante, sin embargo, es que los momentos están, y en Blue weekend vuelven a lucir aunque con un claro acento hacia el dream pop e incluso el shoegaze. Siguen siendo los mismos pero intentan dar el salto, realizando esos cambios de ánimo característicos de la banda, pasando de la desnudez de una canción como 'The beach', que abre en plan voz + riff para lentamente ir abriendo el tema entre explosiones que acaban en un coitus interruptus que deja pidiendo por más, a algo tan edulcorado como 'Delicious things' (con unas tonalidades retro que suenan a Lana del rey tanto en la partida como en coros). Los vaivenes, sin embargo, si bien están presentes a lo largo de Blue weekend no serán tan marcados como ocurría en sus antecesores presentando un álbum que tiende a ir hacia la calma y la melancolía durante gran parte de su trámite. Es lo que ocurrirá en 'Lipstick on the glass' (que vuelve a apostar por el voz + riff para encender en los coros), en la dulce 'Safe from heartbreak (if you never fall in love)' o en la sólida 'How can I make it ok?' (acá en las estrofas me han recordado a Mimi Parker de los elegantes Low), así como en toda la recta final del disco, la cual se interna en terrenos lúgubres marcados por capas de guitarras, cuidadísimas en 'Feeling myself' o desatadas en 'The beach II', o sacando a flote una de las mejores interpretaciones de Ellie en 'The last man on earth', donde sobre un piano sabe combinar a la perfección los juegos a varias voces con un registro al que (esta vez si) logra sacar partido. 

De esta forma, solo de vez en cuando el disco se lanzará a las guitarras sucias ('Smile' o 'Play the greatest hits', una especie de Avril Lavigne + shoegaze) pero en general se moverá sobre tonalidades oscuras, dream pop y texturas que tienden a la sobre producción. El álbum suena coherente, efectivamente regala varios momentos de alto nivel y cumple con el cometido además de consagra a Wolf Alice más allá del aclamado debut. No parece ser el disco definitivo de la banda y está la sensación de que varias de estas canciones pudieron llegar más lejos, pero de todas formas este es el paso hacia adelante que necesitaban y lo más importante: no han sucumbido ante la presión. 

¿Canciones? 'Delicious things' , 'Feeling myself','The last man on earth'.

7,5 /10
¡Muy bueno!

No hay comentarios:

Publicar un comentario