sábado, 18 de abril de 2020

50 Años De... Paul McCartney: McCartney (1970)

"La urgente necesidad de volver a lo simple..."

La vida es muy macabra a veces. Un 17 de abril de 1998 fallecía la fotógrafa y artista Linda Eastman (también conocida como Linda McCartney), insigne compañera de Paul durante parte importante de su vida y pilar fundamental en el inicio de su carrera en solitario, la cual comenzó con la edición de McCartney cincuenta años atrás, es decir, en 1970... también un 17 de abril. 

En aquellos años el vocalista vivía tiempos convulsionados. Apenas una semana antes del lanzamiento de McCartney era el mismo Paul quien comunicaba al mundo su alejamiento definitivo de The beatles, confirmando con esto el fin de la mítica banda. Nadie sabía por cierto que el inglés llevaba meses apartado de sus ex compañeros, particularmente fue en septiembre de 1969 cuando John Lennon les comunicó internamente que abandonaba el proyecto por lo que desde ahí solo restaba finiquitar algunos asuntos contractuales, como la finalización de Get back, el último intento fallido de Paul por mantener unidos a The beatles. A causa de todo esto es que Paul decide escapar hacia su granja en Escocia y comenzar ahí a grabar maquetas de canciones de manera intencionalmente precaria. Era lo que necesitaba, había intentado junto a su  ahora ex banda la vuelta a las raíces y tras fracasar debía hacerlo en solitario, regresar a lo básico y alejarse de todo aquello que tanto daño emocional le estaba causando. 

El resultado de todo este proceso se resume en un álbum corto y sencillo, compuesto por esbozos de canciones y sesiones de improvisación en donde Paul interpreta todo lo que suena con la colaboración de Linda en algunos coros (aunque en lo emocional ella fue puntal decisivo, no por nada el álbum abre con los dulces cuarenta segundos en acústico de 'My lovely Linda'). La urgente necesidad por parte del inglés de escapar en la música y volver a lo simple se evidencia en la rapidez con que McCartney fue lanzado, recopilando algunas canciones que llegaron a ser ensayadas junto a The beatles en las sesiones de Get back ('Teddy boy', 'Junk' y 'Every night' provenían de ahí) con otras compuestas sobre la marcha entre diciembre de 1969 y febrero de 1970, tres meses donde el vocalista grabó en su casa y luego arregló en estudio algunos detalles para finalmente en abril publicar el material. 

Todo el conjunto por tanto se caracteriza por la precariedad siendo unicamente 'Every night' y la inmensa 'Maybe I'm amazed' (dedicada evidentemente a Linda y por cierto una de las canciones más potentes que Paul habrá escrito en su carrera) las únicas que escapan de la idea del jam session que todo el resto del disco propone. La sensación, sin embargo, de que 'Junk' merecía un tratamiento más cuidado es inevitable (el mismísimo Paul reconoce dentro del álbum su relevancia al incluirla también en una versión instrumental titulada 'Singalong junk') así como 'Teddy boy' o 'Man we was lonely' también quedan unicamente como una buena idea que pudo llegar a ser algo mejor logrado. 

Mirado a la luz del tiempo McCartney logra transmitir la calma que el compositor necesitaba en aquel momento, aunque las críticas, claro, no se hicieron esperar. Cabe recordar que en 1970 lo último donde se había escuchado a Paul McCartney era en Abbey Road, un álbum enorme, grandilocuente, arreglado y producido al detalle, una verdadera obra maestra que si no ha acabado por ser considerado el mejor disco de la historia, pega en el palo, por lo que un disco como este, tan poquita cosa, evidentemente no entraba en los pergaminos de nadie. Si a esto agregamos que el lanzamiento de McCartney fue precedido una semana antes por la noticia de la separación de The beatles y sucedido un par de semanas después por la edición de Let it be (finalizado por Phil Spector a pedido de Lennon y a espaldas del resto de la banda), que decir, claramente el álbum iba a caer mal en todas partes, lo cual también acabó ocurriendo un año más tarde con la aparición de Ram, el segundo disco de Paul. 

Lennon lo catalogó de basura, George Harrison le recomendó asesorarse por músicos (en clara alusión a su trabajo con Linda) y el mundo le dio la espalda, sin embargo McCartney ha quedado en la historia como la jugada honesta de un músico que necesitaba en 1970 escapar de la vorágine y conectar con su humanidad, un disco que más allá de sus resultados fue por sobretodo ... necesario.

6,5 / 10
Cumple y algo más...



Otras reseñas de Paul McCartney:
2018: Egypt station
2013 : New 

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