lunes, 20 de abril de 2020

The Weeknd : After Hours (2020)

"El dilema de la sobre producción..."

Se percibía en el aire la incertidumbre respecto al cuarto álbum del canadiense Abel Tesfaye, a.k.a The weeknd. ¿Sería capaz de sostener el nivel de su creciente carrera o comenzaría a tropezar como tantos otros frente al peso del éxito? Y es que el vocalista durante estos años ha sido capaz de ganarse un espacio en el mundo del pop actual equilibrando concesiones al mainstream con un marcado sello personal, lo cual no es poco. Lo último que habíamos obtenido de The weeknd fue Starboy (2016) y luego el EP My dear melancholy (2018), ambos trabajos confluyen claramente en After hours, un álbum que sostiene durante gran parte de su duración un tono personal, íntimo y dramático, donde el vocalista no teme el exponer su vulnerabilidad reflexionando constantemente acerca de todo aquello que viene tras una vida de excesos, es decir, el arrepentimiento y el terror a la soledad. Esto mientras en lo musical intensifica el trabajo electrónico desarrollado cuatro años atrás, secundado por supuesto por un grupo importante de productores (quince para ser más exacto, incluido el propio Tesfaye).

En este sentido, el exceso de manos sobre el trabajo presenta momentos de dulce y agraz. La partida, por ejemplo, con 'Alone again' + 'Too late' se desarrolla sobre un mar de sintetizadores con narraciones empapadas en filtros y donde la sobre producción es evidente, con demasiados de elementos electrónicos que sobrecargan la pieza hasta el hartazgo. Como un manjar a cucharadas (habrá quienes disfrutan de eso claro está). El problema es que esto se contrapone totalmente con el mensaje íntimo que The weeknd intenta exponer en su lírica. Ahora, lo curioso es que a la vuelta de la esquina suenan 'Hardest to love' + 'Scared to live' y todo se ilumina. Tesfaye se oye más limpio, las melodías se reconocen y los temas logran transmitir lo que pretenden. Vamos a los créditos y... ¡eureka! En ambos ha estado involucrado Max Martin, el hombre tras éxitos de Backstreet boys, 'N sync, Britney Spears, entre tantos (incluido el propio The weeknd), no así en las dos primeras ni en las siguientes, las íntimas y simples 'Snowchild' + 'Escape from LA'. Desde ahí ya podemos ir sacando una que otra conclusión...

Esta irregularidad en el nivel ciertas canciones del disco es el único lastre con que este cuenta. El álbum de todas formas posee el mérito de entregar una cara B enorme, ahí la exquisita 'Heartless' nos trae de regreso y la pasada por 'Blinding lights' + 'In your eyes' (¡ese saxo es una delicia!) regala el mejor momento del disco con el espectacular ambiente cargado a los 80s que proporcionan (Max Martin involucrado nuevamente en ambas), por cierto es recién en este instante, entrando en la novena canción, cuando el álbum eleva la temperatura y aumenta los tiempos, asunto que se corrobora con las excelente 'Save your tears', pop limpio y equilibrado, y 'After hours', mucho más oscura y espesa pero igual de convincente. Lamentablemente entre estas volverá a aparecer el innecesario sobrecargo en 'Repeaf after me' y todo cerrará con 'Until I bleed out', que tampoco transmite demasiado. 

After hours posee bastantes méritos y uno que otro defecto. La propuesta es interesante, los ambientes del disco conectan con la idea que el vocalista ha querido transmitir, la de un mensaje más reflexivo e íntimo, también hay siete u ocho canciones de gran nivel en el conjunto pero también un puñado que extienden en demasía la duración de este mientras que otras podrían haber funcionado de no contar con esa molesta sobre producción. De todas maneras el saldo es positivo, estamos frente al mejor álbum de The weeknd a la fecha, el problema es que con un poco más de contención (o quizás si Max Martin hubiese producido todo el disco y no solo algunas canciones) quizás habríamos estado frente al disco del año. Material había para...

7,9 / 10
¡Muy bueno!

No hay comentarios:

Publicar un comentario