domingo, 8 de marzo de 2020

20 Años De... Oasis: Standing On The Shoulder Of Giants (2000)

"Irregular giro hacia la madurez..."

Hablar de la era Be here now (1997) de Oasis es hablar de excesos. En lo personal la banda experimentó una vorágine, con un Liam absolutamente superado por la fama y un Noel agotado por la sobre exposición. En lo musical el de 1997 resultó ser un álbum ostentoso y sobrecargado, lleno de composiciones que oscilan entre el correcto y el notable pero extensas y barrocas. Era necesaria la pausa. La cual llegó entre 1998 y 1999, un año donde la banda acordó descansar y tras la cual bastantes cosas cambiarían. De partida la fractura interna, al iniciar el proceso de grabación del que sería su cuarto álbum abandonan el buque Paul McGuigan (Guigsy) y Paul Arthurs (Bonehead), por lo que el propio Noel Gallagher debe hacerse cargo de las guitarras + bajo por algún tiempo, período tras el cual acabarían sumándose Gem Archer y Andy Bell, conformando así la alineación que mantendría Oasis hasta el fin de sus días. En lo musical la banda también vive un giro, el lanzamiento un año atrás del compilado The masterplan (que agrupaba enormes caras b de sus años iniciales) acabaría marcando el fin de la primera etapa de Oasis, la cual daría paso a una segunda más reposada, experimental y marcada por cambios personales vividos por Liam y Noel (separaciones y paternidad, entre otras).

Todo esto se plasma en el sonido de Standing on the shoulder of giants, un disco que desde su producción entrega señales de madurez. Para esta labor confiaron en Mike “Spike” Stent (quien había trabajado por aquellos años con U2, Bjork o Depeche Mode entre otros)  abandonando (¡al fin! ¡aleluya!) la espantosa producción de Owen Morris (quien estuvo a cargo de los primeros tres álbumes de Oasis, los discos que peor deben sonar en la historia de la música). Pero también las canciones hablan de la necesidad de dar un paso adelante...

En el cuarto disco de Oasis nos encontramos con seguridad ante los temas más exploratorios en su carrera, comenzando por ‘Fuckin’ in the bushes’, una introducción instrumental enorme que no solo centra su extensión en el notable complemento batería + guitarras sino que se da el gusto de introducir teclados a forma de coros en diversos momentos. Le seguirá ‘Go let it out’, el mejor ejemplo de cuando menos acaba siendo más. La banda entiende (mérito de Spike claramente) que la fuerza de una canción no se encuentra necesariamente en el incorporar capas y capas de ruidosas guitarras sino en la correcta construcción de una canción, y esto es lo que logran con este medio tiempo acústico que va encontrando su energía en medida que transcurre. Posteriormente sonarán los inéditos aires orientales de la fantástica ‘Who feels love’, un tema muy espiritual que conectará además más adelante con el sonido de la extraordinaria ´Gas panic´ (una de las más grandes canciones de la banda) o el cierre a cargo de 'Roll it over'. 

Sin embargo, no todo aquí será miel sobre hojuelas. El gran problema con que carga el álbum es que la inspiración alcanzó unicamente para armar medio disco de alto nivel por lo que se produce un contraste evidente entre las caras A y B del álbum. Ahí, el rock de canciones como 'Put yer money where yer mouth is' o 'I can see a liar' luce sin fuerza ni filo y de igual forma las baladas 'Where did it all go wrong?' o 'Sunday morning call' son tan evidentes que molestan (incomprensible que en lugar de estas no hubiesen incluido 'Let's all make believe', canción muy superior y que unicamente fue lanzada acompañando el single 'Go let it out'), siendo la acústica 'Little James' (compuesta por Liam) la única canción "menor" del disco que, pese a su simpleza, funciona. La sensación que finalmente queda es que la banda intentó equilibrar la experimentación que el álbum traía en su primera parte con canciones más tradicionales, pero estas fallan al sonar forzadas, al intentar traer al presente un sonido que Noel como compositor ya deseaba dejar atrás. 

En definitiva, a veinte años de distancia Standing on the shoulder of giants ha acabado por quedar en la historia de Oasis como el álbum "diferente" y el inicio de una etapa de transición que vería continuidad dos años más adelante con Heathen chemistry (2002). El disco no está mal, regala cuatro o cinco canciones fabulosas pero otra misma cantidad que anticipaba una falta de chispa que comenzaba lentamente a anticipar el comienzo del fin para la banda... 

6,9 / 10
Cumple y algo más...


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