viernes, 23 de noviembre de 2018

Muse: Simulation Theory (2018)

"Cancioncitas..."

No venían bien claro está. Es más, desde The resistance (2009), pasando por The 2nd law (2012) y el monótono Drones (2015) que Muse viene generando más dudas que certezas entre los seguidores de la música. No cabe duda, sin embargo, que esta situación debe tener sin cuidado a Matt Bellamy y compañía, quienes desde hace un tiempo a la fecha gozan de un connotado estatus de rockstars, llenando estadios y grabando películas. Y es que a la hora de hablar de Muse deberíamos tener todos claro el que estos siempre fueron una banda con pretensiones comerciales, digamos, más cerca de históricos tipo U2, The Police o Queen (bandas de rock con vocación de masas) que de Porcupine tree o Marillion, por más que en sus inicios hayan coqueteado con el progresivo. El caso es que sea como sea, un álbum como Drones pareció chocar contra un muro en términos de creatividad. El de 2015 fue un disco de guitarras en extremo sencillo y plano. Era esperable por tanto el que la banda realizara un giro en su sonido, que es lo que hemos recibido en Simulation theory, disco con el que Muse retoma su afición por el sonido ochentero (basta ver esa fantástica portada para constatar intenciones) pero intenta barnizarlo en una producción actualizada y diversa. El resultado, sin embargo, vuelve a tropezar con las mismas piedras que tropezaron trabajos anteriores dejándonos una vez más frente a un álbum de uno que otro momento pero que como conjunto no convence ni seduce. 

A destacar en Simulation theory los instantes bien logrados que se concentran en la primera mitad de este, ahí destacan los aires épicos y grandilocuentes de 'Algorithm' (ojo a la versión que aparece en la versión extendida, tapizada en teclados y sintetizadores), la contagiosa dinámica de 'The dark side' + 'Pressure' o el sabor de 'Propaganda', con evidente guiño a Prince incluido aunque claro, todo siempre de manera muy contenida, y es que el conservadurismo de estos Muse por momentos se vuelve desesperante. Dan ganas de zamarrear a la banda a ratos para que despierten y saquen provecho a las melodías que logran, que no están mal. Ejemplo de lo mencionado es 'Break it to me' ¿De qué va esta canción? ¿Quieren experimentar? ¿Entregar un toque de oscuridad previo al pop descarado de 'Something human' (que por cierto, no tiene absolutamente nada que ver con todo lo que ha sonado antes)? Sea lo que sea... no se entiende el objetivo. 

Y si toda la primera parte regalaba tantos momentos como dudas la segunda se encarga de definitivamente sepultar el nivel. Recurren a los coros de estadio en 'Thought contagion' para luego desatar el relleno, y es que más allá de uno que otro buen coro que incluso traerá al presente los tiempos de Black holes and revelations ('Blockades' por ejemplo), es muy poco lo que en la recta final invita a seguir junto al disco dejando en el ambiente la sensación de estar frente a un álbum que sigue dando muestras de una banda sin un norte claro más allá del sobrevivir al momento en base a cancioncitas. Y es que Simulation theory comienza insinuando una propuesta para acabar en medio del vacío. Una vez más...

5/10 
Nada muy especial...


Otras reseñas de Muse:
2015 // Drones
2012 // The 2nd law
2009 // The resistance 

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