martes, 3 de junio de 2025

Sadist: Something To Pierce (2025)

 "Diversidad que escapa de lo obvio..."

Para quien no lo sepa, la carrera de Sadist data desde hace treinta años atrás. Los italianos comenzaron a inicio de los noventa a desarrollar un death metal bastante rústico, amateur incluso, con pequeños toques sinfónicos/dramáticos/terroríficos (aportados por el uso de teclados), sonido que fue lentamente encaminándose tras su regreso en 2007 hacia el death progresivo. En ese camino Hyaena (2015) es el disco clave, aquel con el que la banda pareció encontrar un renacer que fue confirmado por los sólidos Spellbound (2018) + Firescorched (2022), llegando así a este Something to pierce , el cual vuelve a dar muestras de una banda asentada en lo suyo pero siempre ansiosa por escapar a lo obvio y sorprendernos en la amplitud de su propuesta. En este, su décimo álbum, han sido capaces de complementar el peso y la técnica de su sonido con una serie de estructuras dinámicas, un trabajo de percusiones tremendamente diverso, además de atmósferas tétricas propias de su identidad. El resultado se percibe tan experimental como notable, y no puede si no aplaudirse por la valentía (y talento) que derrocha.

En dicho sentido, lo más tradicional que oiremos en todo el disco será la partida a cargo de 'Something to pierce', la cual da muestras de la arista más veloz, directa y agresiva de Sadist. Esto pues rápidamente la banda se lanza hacia sonidos muchísimo más sabrosos, como ocurre en 'Deprived' con ese ya mencionado interesante trabajo de percusiones (donde pareciera suenan unos bongós, algo que más adelante volveremos a oír tanto en 'The best part is the brain' casi cerrando el álbum). En adelante continuarán matizando el metal más duro realizando pausas acústicas en 'No feast for flies' o derechamente jugando a placer con las estructuras en 'Kill devour dissect' (donde se acercan a esas cositas que realizan unos Cradle of filth, por ejemplo) o la excelente 'The sun god'. De igual forma en 'Nove strade' se pasan al sonido tribal mientras que cierran el disco de manera elegante con el instrumental 'Respirium', recurriendo en esta a esas atmósferas de suspenso tan clásicas del sonido de la banda.

En medida que el disco avance identificaremos como el proyecto del genial Tommy Talamanca se esfuerza por equilibrar el peso del sonido (acá hay death metal por montón, de eso que no quede duda) con pausas o giros que incorporan una serie de momentos instrumentalmente ricos, lo cual acaba por distinguirle respecto a otras bandas de death progresivo. Something to pierce se enmarca por tanto como una muestra del presente de una banda que se niega a bajar el nivel y sigue mostrándose en plena forma. Aunque el mundo no se entere...

¿Canciones? 'Deprived', 'The sun god' y 'The best part is the brain' .

8,2 / 10
¡Excelente!

sábado, 31 de mayo de 2025

Cytotoxin: Biographyte (2025)

 "Estandarizados..."

Uno de los buenos referentes actuales del brutal death metal está de regreso. Bravo por eso. De la mano de sus temáticas centradas en desastres nucleares (por cierto, desde ya: mejor portada del año, o no?) estos alemanes fueron encontrando poco a poco mejores producciones, algo que se consolidó en un álbum como Gammageddon (2017) y confirmó posteriormente en Nuklearth (2020). Por esto mismo es que un disco como Biographyte deja sensaciones encontradas. ¿Suena bien? Si. ¿Técnicamente es sobresaliente? Absolutamente ¿Sorprende? Poco y nada. Y es que la banda a estas alturas pareciese encontrarse en un loop en donde se limitan a entregar un death rabioso cargado hacia la velocidad de sus temas, con un trabajo vocal impecable por parte de un Grimo que efectivamente transmite la oscuridad que la música requiere, sin embargo, habiendo dicho lo anterior, los matices son escasos por lo que inevitablemente sientes estar oyendo la misma canción una y otra vez. 

Sin ir muy lejos, la partida a cargo de 'Hope terminator' es de lo poco en el disco donde notamos que la banda intenta no caer en la monotonía cortando los tiempos durante el trayecto, dando muestras de un sonido afilado que desarrolla una notable técnica en velocidad de precisión quirúrgica pero que va sorprendiéndote con sus giros. Esto a diferencia de absolutamente todo lo que suena a continuación, pues desde 'Condemnesia' en adelante, salvo el curioso instrumental acústico 'Deadzone desert', todo el resto acelerará a fondo entregando un sonido potentísimo, lleno de ira pero que sinceramente les acerca más a un Cannibal corpse (aún más técnico, claro) que a un Archspire (evidentes referentes actuales cuando hablamos de técnica y brutalidad dentro de la música extrema), lo cual no es malo per se pero si creo les estandariza. ¿Qué hay buenas canciones? ¡Por supuesto que si! La brutalidad de 'Behind armored doors', por ejemplo, es un verdadero palazo al cerebro, mientras que si hablamos de momentos emocionales, ese solo final que integran de manera notable en 'Eventless horizon' se anota como uno de los momentazos del disco. Sin embargo, la masa que la banda propone es tan similar canción tras canción que inevitablemente el disco en medida que avanza se termina perdiendo en si mismo.

Dicho lo anterior, la duración del trabajo también es criticable pues si vas a entregar un disco tan monocorde donde cada canción apunta hacia donde mismo, ¿Cuál es el sentido de llegar casi a los cincuenta minutos de música? Entiendo que es el primer álbum que lanzan en cinco años pero trabajos así de lineales deben durar media hora y ya, el shot de vorágine debe ser eso, corto y rápido. El tequila no se degusta lentamente.

Biographyte en ningún caso es un mal disco, por favor, que músicos de este calibre son incapaces de componer algo pésimo. Acá todos los ingredientes que caracterizan el brutal death metal están presentes, sin embargo, falta el más importante de todos: la frescura. En dicho sentido, las comparaciones son odiosas pero retomar el sonido podrido que exudaba aquel ya lejano Plutonium heaven (2011) no les vendría mal...

¿Canciones? 'Hope terminator', 'Behind armored doors' y 'Eventless horizon'.

6,5 /10
Cumple y algo más...

jueves, 29 de mayo de 2025

Fractal Universe: The Great Filters (2025)

"Menos death, más progresivo ..." 

Si bien desde sus comienzos los franceses Fractal universe estuvieron ligados al death progresivo, jamás temieron el explorar diversas aristas dentro de su sonido, oscilando entre momentos muy técnicos y otros con un énfasis puesto en lo melódico, en ocasiones incorporando influencias propias del jazz así como elementos ligados al djent, toda una mixtura que pareció tocar techo en el fantástico The impassable horizon (2021), por lo que para este siguiente álbum altas expectativas habían. 

El caso es que ante el desafío los franceses han decidido durante cuarenta y cinco minutos profundizar su corriente más progresiva, abandonando (salvo contados momentos) su cercanía con el death, armando un conjunto de canciones que pretenden sonar complejas, que dan vueltas en términos de estructuras pero lamentablemente durante largos pasajes acaban sonando monótonas e incluso frías. 

Y si bien desde un comienzo advertimos peso en algo como 'The void above', rápidamente identificamos el como la banda decide ir diversificando la estructura del tema incorporando pasajes limpios y calmos los cuales se irán intercalando con aceleraciones, el problema, sin embargo, es la ausencia de momentos realmente emocionales, lo cual se mantendrá como tendencia a lo largo de todo el disco. Por lo mismo, canciones como 'The great filter' o 'Causality's grip' acaban sonando planas y genéricas siendo recién 'The seed of singularity' el primer tema que con sus coros marcados pareciese atrapar un poco (solo un poco) más. 

En dicho camino, es una canción como 'The equation of abundance' acaba por desnudar por completo el problema del disco: en ella tenemos tres minutos iniciales realmente aburridos que se interrumpen con un pasaje más cargado al death, que es precisamente cuando mejor se siente a la banda, lo mismo con 'Specific obsolence''Dissecting the real', también temas que insisten en secciones limpias y sesudas que se cortan con pasajes guturales, nuevamente siendo estos los más disfrutables.

En definitiva, en esos pocos momentos donde The great filters muestra destellos de esos Fractal universe más desquiciados es cuando más atractivo suena, sin embargo, gran parte del trámite lamentablemente abraza más bien el rock progresivo sin jamás generar algo especialmente llamativo. No es un mal disco pero si un bajón respecto a como venían...

¿Canciones? 'The equation of abundance'.

6 / 10
Bueno, cumple...


Otras reseñas de Fractal universe:

domingo, 25 de mayo de 2025

Behemoth: The Shit Ov God (2025)

 "Manteniéndose activos..."

Seguir calentándose la cabeza con Behemoth es un verdadero sin sentido pues dicho en simple: lo mejor de la banda ya quedó atrás, ya sea en Demigod (2004) como claro exponente de su primera era o diez años después mediante The satanist (2014) abriendo una nueva. Pero ya está. En adelante hemos tuvimos a la banda explorando tiempos más bajos en I loved you at darknest (2018) para luego lanzar un álbum bastante estándar como Opvs contra natvram (2022), con el cual pretendieron retomar su arista más agresiva. En dicho sentido este The shit ov god se mueve entre medio, equilibrando canciones cercanas a un metal más duro con otras de tono comercial y repetitivo, generando un conjunto que no molesta pero tampoco impacta. Uno además bastante breve (solo ocho canciones en poco más de media hora, algo que uno no sabe si agradecer o lamentar), lo cual habla también de un disco que parece haber sido lanzado sin tener demasiadas ideas nuevas que mostrar, asunto que se transmite las canciones que lo componen. 

Para muestra está la primera mitad del álbum, abriendo con algo como 'The shadow elite' que si bien muestra los dientes con su agresividad, no deja de ser una canción de metal popero centrada en la repetición de su coro, algo que se corrobora además con las jugarretas teatrales de 'The shit ov god' + 'Lvciferaeon', singles evidentes del disco y que funcionan como ejes centrales del álbum (por algo también son las únicas tres que están interpretando en vivo en sus conciertos de 2025). Ahora, como la banda tiende a buscar el equilibrio, complementará estas pasadas con cosas más oscuras en 'Sowing salt', 'To drown the svn in wine' o Nomen barbarvm', las cuales les acercan a su etapa dosmilera y con ello cumplen su objetivo.

Ya en la recta final acabarán con las dos piezas más interesantes de todas, primero la bajada de revoluciones de 'O Venvs, come!' (buscando la épica en modo The satanist claramente) y una densa 'Avgvr (the dread vvlture)', correcto cierre para un trabajo breve que entrega pinceladas de acá y allá con el claro fin de complacer a todo el mundo. 

La popularidad tiende a venir de la mano con la necesidad de mantenerse publicando discos con el único fin de sostener la máquina en marcha. Y bueno, Behemoth desde hace una década al menos pareciese encontrarse ahí, manteniéndose activos más que nada.

¿Canciones?  'Sowing salt' y 'O Venvs, come!'.

6,5 /10
Cumple y algo más...


Otras reseñas de Behemoth:

viernes, 23 de mayo de 2025

Destruction: Birth Of Malice (2025)

 "El auto homenaje de turno..."

Cada vez que oigo un álbum de una banda con historia dentro del thrash o el death metal acabo con la misma sensación, la de estar escuchando una eterna competencia consigo mismos, un esfuerzo desenfadado por demostrar que "aún son capaces" de componer un álbum a la altura de aquellos publicados treinta o cuarenta años atrás. Es como si Metallica durante toda su carrera hubiese imitado al Kill'em all (1983). En el caso de este Birth of malice nos encontramos frente a un Schmier que ha logrado sostener a una formación de músicos por unos cuantos años (2018/9 hasta ahora) lo cual explica el fiato de un álbum que suena impecable (vaya joya de producción) y en términos de ejecución tampoco falla entre los riffs afilados del argentino Martin Furia y el desenfado constante en la batería del canadiense Randy Black, sin embargo, lo dicho: que el disco es un constante guiño a la nostalgia. 

De que lo hacen bien, no cabe duda, y quienes den play acá buscando aceleración a fondo y el desarrollo de la técnica en velocidad la encontrarán en toda la primera parte del disco, destacando cosas como 'Cyber warfare' , 'No kings - no masters' o 'God of gore', las cuales no dan respiro al oyente, aunque mi favorita desde la primera vez que oí el disco ha sido 'Scumbad human race', donde desaceleran un tanto y construyen peso sobre algo más cercano a un medio tiempo. Esta última anticipa también lo que será la segunda parte del álbum, mucho más lenta respecto a la primera y cercana a un heavy metal tradicional y melódico en toda la pasada por 'A.N.G.S.T', 'Dealer of death', 'Evil never sleeps' o 'Chains of sorrow', siendo recién en el cierre a cargo de 'Greed' y 'Fast as a shark' (tributo a otros titanes alemanes como Accept) cuando vuelven a acelerar.

Birth of malice es un nuevo buen álbum de Destruction realizando el auto homenaje de turno. Luce algo desbalanceado considerando su primera mitad cargada a la velocidad y una segunda bastante más lenta, pero está siempre bien ejecutado y seguro dejará satisfechos a los fans. Ahora, verdad sea dicha, no hay algo acá que no podamos oír en cualquiera de los chorrocientos discos que han lanzado desde su regreso en 2000 a la fecha.

¿Canciones? 'No kings - no masters' y  'Scumbad human race'.

6,9 /10
(Muy) bueno.


Otras reseñas de Destruction:

martes, 20 de mayo de 2025

Havukruunu: Tavastland (2025)

 "Fuerza, desenfado y diversidad..."

Lo he escrito acá y lo reitero: el metal es la única forma de música moderna (y aún popular) que muestra creatividad y atrevimiento en sus obras. 

Lo anterior a propósito del (ya) cuarto álbum de los finlandeses Havukruunu, una de esas bandas que conocen cinco monos pero deberían contar con mayor atención. En Tavastland (para quien no lo sepa, un pueblo originario de Finlandia) volvemos a oírles desenfundando su black sucio, afilado y rabioso (como debe ser), con fuertes dosis de paganismo pero incorporando esta vez un condimento heavymetalero que les honra y distingue. Con una producción que sigue oliendo a vieja escuela pero efectivamente suena mejor que en álbumes anteriores (se nota grabaron en un mejor estudio) la banda continúa acá dando muestras de su amor por el más podrido black metal sin olvidar sus ganas por correr los límites de lo posible saliendo a cabalgar sin problemas por otras zonas del heavy dejándonos un disco lleno de fuerza, desenfado pero ante todo diverso.

De esta forma, en canciones como 'Kuolematon laulunhenki' (que abre el disco con sus notables siete minutos) o la mismísima 'Tavastland' encontraremos esos clásicos corales que van en busca de atmósferas cargadas de épica, los cuales se enlazaran con riffs crudos o un solo a medio camino (elemento que se repetirá a lo largo del disco), todos elementos que aportan en conjunto diversidad y dan muestras de una banda que tiene demasiado claro hacia donde quiere llegar. Habrán otros momentos, sin embargo, como en 'Yönsynty' o 'Kuoleman oma' (lo que hacen en esta pasados los tres minutos, por favor... ¡que maravilla!) que se centrarán fuertemente en el peso de su sonido (una masa que pareciese te aplasta) mientras que en 'Havukruunu ja talvenvarjo' si bien abren a toda furia durante tres minutos, serán capaces luego de hacer la pausa, enlazar fuertemente con el folk y regalar una cabalgata final cargada al heavy metal digna de los más ochenteros Iron Maiden

Entrando a la recta final del disco las sensaciones no cambiarán. 'Unissakävijä' es otra pieza increíble, que abre con dos minutos instrumentales espectaculares para pasar a una narración y acabar disparándose hacia cualquier lado explotando en múltiples direcciones (3:20 en adelante, puro rocanrol), mientras que el cierre llegará con la cabalgata de 'Kun veri sekoittuu lumeen' (emocionante de comienzo a fin) y los diez minutos de 'De miseriis fennorum', donde deciden cruzar la valla y acercarse con fuerza hacia algo más cercano al metal progresivo. Toda una aventura. 

Lo dicho entonces, Tavastland de Havukruunu se enmarca desde ya como uno de los álbumes más fascinantes que nos habrá dejado 2025, un disco diverso que bebe de múltiples fuentes musicales dentro del mundo del metal (insisto, que hay mucho de Iron maiden acá, sobre todo en la segunda mitad) pero es capaz de sonar cargado de fuerza e identidad. Es su disco más ambicioso a la fecha, aunque el mundo no se entere...

¿Canciones? 'Havukruunu ja talvenvarjo', 'Kuoleman oma' y 'Unissakävijä'.

9,2 /10
Brillante.

sábado, 17 de mayo de 2025

Ex Deo: Year Of The Four Emperors (2025)

 "Siempre interesante, aunque algo deslucido..."

Para quien no lo sepa, Ex Deo es el proyecto paralelo del canadiense Maurizio Iacono (líder de Kataklysm) donde se viene entregando desde hace unos quince años a relatar la historia del Imperio Romano. Y bueno, tras haber dedicado en 2021 un álbum completo a los trece años de Nerón tocaba una pasada por el convulsionado período llamado "el año de los cuatro emperadores", caracterizado por la breve sucesión de Galba, Otto y Vitelio en el poder (quienes duraron apenas unos meses cada uno a cargo de Roma), sucedidos estos por Vespasiano, el primero tras Nerón que pudo sostenerse un tiempo considerable en el trono (nueve años). Cada disco de Ex Deo, por tanto, no puede (ni debe) oírse sin internarse en el contexto histórico que aborda pues la música se encuentra escrita completamente al servicio del relato, y esta cuarta entrega de la banda no es excepción. 

Cabe mencionar eso si que para esta ocasión Ex Deo no han querido extenderse en un disco y unicamente han entregado un EP, cuatro canciones, cada una de ellas dedicada a los personajes mencionados. Desde ahí, el trabajo luce algo deslucido respecto a cualquiera de las tres anteriores entregas y solamente una pieza como 'Galba' (la que abre) logra situarse a la altura que el proyecto nos traía acostumbrados, de hecho es la única que se extiende en cuanto a tiempo sobrepasando los seis minutos entre cambios estructurales, sin embargo, las tres restantes canciones lucen algo débiles y monótonas, todas rondando los cuatro minutos y sonando bastante planas en cuanto a arreglos, y si bien es cierto que 'Otho' se adentra un tanto en la dinámica de los hechos (enfatizando en la traición que este sintió por parte de Galba, quien decidió no nombrarlo su sucesor, tras lo cual decidió junto a los suyos asesinarlo), tanto 'Vitellius' como 'Vespasian'  se leen bastante generales en sus relatos. 

Obviamente Year of the four emperors está lejos de ser un desastre. Los trabajos de Ex Deo serán siempre interesantes dado el hilo histórico conductor que el proyecto abarca, sin embargo, esta vez el resultado ha quedado algo pobre en la comparación con todo lo anterior. Desde ahí, se entiende que solo hayan publicado un EP e incluso se agradece pues un álbum completo solo habría expuesto una falta de inspiración lamentable. 

¿Canciones? Solo 'Galba'.  

6,5 / 10
Cumple y algo más...


Otras reseñas de Ex Deo:

martes, 13 de mayo de 2025

Cradle Of Filth: The Screaming Of The Valkyries (2025)

 "Continúan en estado de gracia..."

Desde hace al menos una década que Cradle of filth vienen en racha publicando álbumes bastante característicos, impecablemente ejecutados, dueños de una imaginaría singular y un sonido por sobre todo eficiente. Treinta años de carrera y dieciséis discos hablan de una máquina que prácticamente no se ha detenido y se encuentra, para bien y para mal, totalmente automatizada bajo la dirección de Dani Filth. En dicho sentido este The screaming of the valkyries responde a las expectativas enlazando una vez el metal extremo con elementos sinfónicos y góticos, con el matiz esta vez de entregar varios de los momentos melódicamente más amigables en largo tiempo. 

Respecto a esto último, uno de los principales méritos que la banda viene sosteniendo es la capacidad para dotar de dinámica y diversidad a cada una de sus canciones, extensas todas (seis a siete minutos la gran mayoría) pero aún así fáciles y amenas de oír. Para muestra lo que acá realizan en toda la primera parte del disco entre temas que cuentan con pasajes veloces y acelerados pero que jamás olvidan su vocación melódica y, digámoslo, comercial. Esto ya sea volviendo al coro constantemente en 'To live delociously', incorporando pasajes estructuralmente atractivos en 'Demagoguery' (con una excelente pausa que marca el solo en el 3:40), apuntando a la velocidad en 'The trinity of shadows' o incorporando las vocales de Zoe Marie Federoff tanto en 'Nom omnis moriar' como en 'White hellebore', que vaya como aportan al resultado. 

Por esto, cuando pasando el nudo la banda se da el lujo de meter una ambiciosa y cambiante 'You are my nautilus' (que casi llega a los ocho minutos) la aceptamos gustosos pues la experiencia ya ha valido totalmente la pena, la banda nos ha entregado otro disco sobresaliente al que solo le resta cerrar adecuadamente, cosa que hacen con 'Malignant perfection' (la más genérica en todo el disco), una cambiante 'Ex sanguine draculae' y otra sólida 'When misery was a stranger'.

Todos los condimentos acá están. Encontramos en el álbum un metal agresivo, momentos oscuros y góticos, otros acelerados y afilados, Dani Filth vocalmente vuelve a estar sólido pero entrega de todas formas espacio para otros aportes mediante duelos con voces femeninas, hay estructuras cambiantes, pasajes melódicamente potentes y, como si todo esto fuese poco, el álbum tampoco se alarga innecesariamente, contando tan solo nueve canciones (aunque extensas todas, insisto), lo cual aporta a la sensación de estar frente a un trabajo bien pensado y unos Cradle of filth que tienen clarísimo el que hacer. The screaming of the valkyries vuelve a mostrar a una banda en claro estado de gracia, regulares en lo suyo pero jamás limitándose a lo obvio. Otro discazo a su lista. 

¿Canciones? 'To live delociously', 'Nom omnis moriar' y 'You are my nautilus' .

8/10
Excelente.


sábado, 10 de mayo de 2025

Deafheaven: Lonely People With Power (2025)

 "Intensa y salvaje emocionalidad..."

Era absolutamente esperable que luego de sus primeros tres álbumes Deafheaven tanteasen terreno en atmósferas alejadas del metal, algo que efectivamente comenzó a insinuarse en Ordinary corrupt human love (2018) para acabar concretándose en Infinite granite (2021), un disco en donde George Clarke cantó limpio (demostrando también todas sus limitantes vocales, digámoslo) y la banda se acercó al dream pop, muy en la línea de lo que hicieron los franceses Alcest una década atrás en un disco como Shelter (2014). Llegaba la hora del siguiente eso si y había que ver si Deafheaven confirmaban o reculaban. Ellos sabrán si en la decisión ha pesado la falta de aceptación obtenida por Infinite granite, la auto exigencia de la banda y/o la falta de recursos de Clarke, pero el caso es que la banda ha decidido volver y recuperar terreno mediante un disco que retoma el asunto donde habían quedado más o menos con New bermuda (2015), digamos: vuelta a esos sonidos cercanos al black pero con esas características dosis de intensa emocionalidad en el pasar. Con una importante salvedad es si: que esto no es un mero "más de lo mismo".

Si bien el contraste mencionado se hace presente a lo largo de todo el disco, la partida entregará los momentos más directos de este. Esto porque tras un breve instrumental llegarán los seis minutos y medio de 'Doverman', con una impronta digna de los más feroces Immortal sumado a murallones de guitarras (el shoegaze no lo sueltan claro está) en una canción que unicamente toma respiro (al 4:25) para tomar aire y volver a la descarga incesante. Algo similar a lo que ocurre en 'Magnolia', donde el desate será aún mayor (vaya trabajo de batería en el fondo), quizás con la diferencia de presentar riffs más cortados y directos sobre todo en su comienzo. 

Será, sin embargo, pasando esos diez minutos iniciales cuando el disco muestre definitivamente sus cartas entre canciones que conjugan a la perfección calma y dolor. En ese camino 'The garden route' es una especie de balada compuesta por desesperados alaridos, 'Heaven' les acerca por primera vez al sonido limpio de Infinite granite (aunque en los coros y recta final el tema prenderá fuego encontrando de paso uno de los momentos más emocionalmente logrados del álbum), mientras que en 'Amethyst' nos entregarán el momento más ambicioso del álbum, ocho minutos que abren mediante un profundo relato para de pronto desembocar en una descarga nuevamente marcada por el salvajismo e intensidad incesante. Joya de canción. Luego, conscientes de la necesidad de darnos un respiro es que Deafheaven inteligentemente nos instalan otro interludio a medio álbum, aunque ojo al dato: lejos de presentar un mero instrumental de relleno, 'Incidental II' es un tétrico relato terrorífico que justifica absolutamente sus más de cuatro minutos de duración. 

Abriendo la Cara B del disco reiteran la fórmula del comienzo del álbum, es decir, nuevamente dos temas muy directos y cargados al black como 'Revelator' (te-ma-zo, al que solo se le puede achacar ese minuto y medio final que me parece está un tanto de más) y 'Body behaviour', seguidos de un nuevo interludio (esta vez con breve participación de Paul Banks de Interpol) y una recta final construida por otra ambiciosa 'Winona', donde vuelven a tomarse su tiempo (los dos primeros minutos marcados por esos murallones son hermosos) para luego entregarse al desate incesante, y ese cierre impecable a cargo de 'The marvelous orange tree'.

A simple vista Lonely people with power supone una especie de cilindro de oxígeno para todos aquellos que habían perdido la fe en Deafheaven, sin embargo, el disco es muchísimo, pero muchísimo más que eso. La sensación es que la banda ha encontrado su punto y que lo hacen además sin recurrir al auto plagio, tomando elementos del camino recorrido para construir algo nuevo, porque aquí hay más violencia que en Sunbather (2013), más emocionalidad que en New bermuda (2015), más cohesión que en Ordinary corrupt human love (2018) y más convicción que en Infinite granite (2021). De todo un poco entonces, y más...

¿Canciones? 'Magnolia' y 'Amethyst'.

jueves, 8 de mayo de 2025

Killswitch Engage: This Consequence (2025)

 "En lo suyo, sólidos..."

Vamos a comenzar directo: no hay demasiadas sorpresas con Killswitch engage pero con todo, se las siguen arreglando para cumplir de sobra. Esto a propósito de este This consequence que llega a seis años de Atonement (2019), un disco de contexto complejo pero donde la banda supo entregar un conjunto más que digno. Y bueno, estos nuevos treinta y cinco minutos de música se mueven más o menos por donde mismo, vuelta entonces al metalcore de manual (bastante meloso a ratos) pero bien ejecutado, canciones breves que combinan a la perfección ejecuciones instrumentalmente impecables con un montón de momentos marcadamente melódicos y efectivos. Pues digámoslo: cualquiera de estas diez canciones pudo ser un single. Cualquiera.

Curiosamente lo más débil del disco está en la partida. 'Abandon us' regala el clásico tándem "estrofa agresiva / coro melódico" con un doble pedal que marca presencia todo el tiempo y riffs que se enlazan con fraseos sólidos cortesía de un contundente Jesse Leach, el problema es que en el camino suenan demasiado obvios, fuera de contar con un cierre lamentable (un fade out flojísimo). En adelante, sin embargo, le sucederán temas similares pero muchísimo mejores, medios tiempos pensados como claros singles comerciales (ahí tienes los coros limpios de 'Aftermath' o 'Forever aligned') siendo la velocidad y agresividad de 'Discordant nation' o 'The fall of us' los únicos momentos del disco donde Killswitch engage matizan yendo hacia un metal algo más oscuro. Excepciones a la regla eso si, pues gran parte del álbum va hacia sonidos más azucarados donde la banda transmite la sensación de estarse pasando un buen rato entre sólidas canciones como 'I believe' o 'Collusion'. Hacia el cierre de todas formas jugarán un tanto mediante 'Broken glass', quizás la única en todo el disco que escapa de lo obvio con sus secciones golpeadas y tiempos más lentos, para cerrar con la cabalgata melódica y efectiva de 'Requiem'

Pues lo dicho, que los estadounidenses proponen en este This consequence un viaje que en lo suyo está muy sólido, dándose el gusto incluso de mejorar un tanto la propuesta respecto al antecesor. Tras veinticinco años de carrera no es poco...

¿Canciones? 'The fall of us y  

7,2 / 10
Muy bueno.


Otras reseñas de Killswitch engage:

martes, 6 de mayo de 2025

Ghost: Skeletá (2025)

 "Equipo que gana, repite..."

Siendo francos, no hay mucho que analizar respecto al más reciente álbum de Ghost. Conocido es que los de Tobias Forge comenzaron a realizar un giro en su sonido con Meliora (2015), siendo este el parteaguas en la carrera de los suecos. En aquel trabajo si bien la banda seguía conservando cierta oscuridad en su propuesta, esta se conjugó con una búsqueda de canciones melódicamente más atractivas y luminosas respecto a lo que fueron sus primeros dos discos (temas como 'Majesty' o 'Absolution' parecieron marcar la ruta a seguir). Y lo que vino ya es parte de la historia contemporánea: un sólido Prequelle (2018), el éxito en tik tok de un golazo como 'Mary on a cross' y la definitiva consolidación mediante el excelente Impera (2022). Hoy la máquina está plenamente engrasada y funciona como reloj, de ahí un disco de clara continuidad como Skeletá, un puñado de buenas canciones que se dejan oír sin problemas y que te gustarán si te gusta el Ghost de estos últimos años. Sin más. 

La partida es débil, digámoslo, 'Peacefield' (con claro aroma en los coros a 'Separate ways' de Journey) es un tema correcto pero no posee la impronta de 'Rats' ni mucho menos la fuerza avasalladora de 'Kaisarion', sin embargo, desde entonces la banda sabrá desenfundar una seguidilla de singles (as usual...) realmente incontestables que por si solos logran que la experiencia salga a flote. En dicho sentido Tobias Forge es un tipo inteligente y sabe muy bien acá lo que tiene, nos instala por tanto y de entrada las dos canciones más pegajosas del álbum, 'Lachryma' y 'Satanized'. En ambas disfrutamos del tino melódico y la gracia de una banda que entiende a la perfección donde está jugando, insinuando un peso en las guitarras para acabar desenfundando un verdadero homenaje al estrofa/puente/coro de alto nivel, a la radio-fórmula recordable. Luego el manual dice que tras los singles debe venir la balada y ellos muy obedientes así hacen mediante 'Guiding lights', donde van a las cuerdas y pretenden la emoción que en el pasado lograron con cosas como 'He is' (probablemente la mejor canción en la carrera de Ghost), y casi casi que la alcanzan, porque el coro (y ya van...) es buenísimo, sin embargo, se pasan de azúcar entrando al solo y ese final abrupto deja la sensación de que no han sabido como cerrarla. 

Entrando al nudo la sensación que transmite este Skeletá es que las cartas ya se han mostrado por lo que solo resta poner el piloto automático. De ahí que (demasiado pronto) comiencen a a sucederse canciones correctas que no impactan pero tampoco molestan, ahora, ahí es también donde se verifica que este álbum está un par de peldaños por debajo de Impera, cuya segunda línea era implacable. Dicho en simple: acá no encuentras un 'Hunter's moon', un 'Watcher in the sky' ni un cierre del nivel de 'Respite on the spitafields', más bien cositas agradables como 'Cenotaph' o 'Marks of the evil one', siendo la dinámica de 'Umbra' el único momento del álbum en que sientes que el asunto sale de la zona segura, particularmente en ese minuto (post 3:30) donde incluso meten un teclado en el solo y por única vez suenan algo más espontáneos y no tan cerebrales.

"Equipo que gana, repite..." - decimos los futboleros. Y de eso se trata Skeletá. No es en absoluto un mal disco pero la sensación de que estiran la cuerda es bastante clara y ciertamente: otro disco en esta línea sería de plano asumir que lo mejor de la banda ha quedado atrás y ahora solo queda repetir el esquema. Veremos...

¿Canciones? 'Lachryma' y 'Satanized'.

6,9 / 10
(Muy) bueno.



domingo, 4 de mayo de 2025

Rigoberta Bandini: Jesucrista Superstar (2025)

 "Empoderamiento y libertad creativa..."

El que Paula Ribó (de nombre artístico Rigoberta Bandini) haya recorrido un largo camino previo a la publicación de su primer disco (para el cual ya tenía 32 años de edad) puede guarde relación con el amplio empoderamiento y la libertad creativa que ostenta, tanto en términos temáticos como estéticos. Basta ver cualquiera de sus videos para hacerse una idea. 

La española debutó unos años atrás con un correcto pero atrevido La emperatriz (2022), que no estuvo mal pero contó con el problema de ser un álbum que se sostenía principalmente gracias a canciones enormes como 'Ay mamá' o 'Perra' pero en el global resultaba algo irregular (también es cierto que el disco era efectivamente una recopilación de singles). Con Jesucrista superstar la vocalista ha buscado sostener el tono personal y feminista del debut, además de esas letras que en forma y fondo apuestan por lo cotidiano y lo incorrecto (¿una canción usando la palabra "caca"? Pues si, acá la encuentras), incorporando algunas jugarretas musicales interesantes y redoblando la apuesta en términos de duración, construyendo un ambicioso disco doble que entrega una versión exagerada de la artista, quien no ha temido caer en excesos y meter absolutamente todo, corriendo incluso el riesgo de espantar a medio mundo. 

El título y esa portada con una Rigoberta rubia, inocente y esperanzada ya anticipa. "Bienvenidas a un disco llamado Jesucrista Superstar..." - afirma la vocalista en la línea que abre. Declara intenciones separatistas de inmediato por tanto, hablándole exclusivamente a ellas y situándose en una posición grandilocuente. Bandini ha comentado en entrevistas que tuvo problemas en ciertos momentos con las redes por lo que previo a la grabación del álbum se fue lejos con un teléfono de esos que solo reciben llamadas y ahí fue que compuso el simpático monólogo 'Star', donde invita a las chicas a dejar de mirar el móvil, abandonar las redes sociales  ("Qué asco!" - exclama) y parar de tomarle fotos a los "putos pasteles de frutos rojos", esto por supuesto enmarcado en un mensaje ligado al empoderamiento ("Si tu quieres puedes ser el rey y la reina de este país..."). La partida es enorme, hay que decirlo, tres minutos que divierten y van al choque, antecediendo además a uno de los pasajes más interesantes del álbum musicalmente hablando: la juguetona 'Simpática pero problemática', con mucho de los primeros Mecano en su dinámica cargada al pop de teclados. Ojalá el álbum hubiese tirado más por esta línea. Quizás el siguiente...

De todas formas, habrán otros momentos en donde melodías simples pero atractivas con énfasis puesto en coros llamativos se tomarán el disco. Serán instantes en que el álbum funciona y vuela alto, ya sea en la acústica 'Enamorados', las divertidas y livianas 'Pamela Anderson' (me dieron ganas de ver su documental) o 'VuelaaAAaa', 'Busco un centro de gravedad permanente' (aunque a esta le sobra un minuto) o la bailable 'Kaiman'. Todas ellas concentradas en el Disco 1 del trabajo. A estas se les podría haber agregado la divertida 'Todas tienen ganas de jaleo' (a dúo con la argentina Juliana Gattas), la balada 'Aprenderás' y alguna cosita más (la diversa 'Mi niña' es otra que destaca), armando un álbum redondito, pero bueno, quien es uno para censurar la verborrea del artista...

El caso es que Rigoberta Bandini ha querido salirse con la suya y meter todo en el plato, incluyendo una serie de temas demasiado simplones y que marcan un claro desnivel respecto al resto. En ese lote se pueden mencionar 'Canciones alegres para días tristes' (casi tres minutos que ni la presencia de Luz Casal logra levantar), 'Si muriera mañana', 'Amore amore amore' y prácticamente todo el disco 2, a excepción de la simpatiquísima 'La pulga en el sofá' y la ya mencionada 'Mi niña'.

El exceso de canciones le juega en contra por tanto a una Jesucrista superstar que vuelve a mostrar a una Rigoberta Bandini rebosante en actitud y osadía. Queda claro que la española tiene muchísimo que decir y muchas ganas de pasársela bien, sin embargo, verdad sea dicha: lo musical está algo descuidado y sigue quedando como tarea pendiente para la vocalista. Con todo, estamos ante uno de los discos españoles más atrevidos en largo tiempo. 

¿Canciones? 'Star', 'Simpática pero problemática', 'Pamela Anderson' y 'Mi niña'.

7/10
Muy bueno.

miércoles, 30 de abril de 2025

A.N.I.M.A.L: Legado (2025)

"Sostienen su esencia..."

Le ocurrió a algunas bandas de metal noventero eso de haber abrazado el groove para luego perderse en el nu metal (¿aló, Machine head?), y en Latinoamérica tuvimos a A.N.I.M.A.L como claro exponente de esta tendencia. Los argentinos volvieron en 2018 tras más de una década alejados y ahora en 2025 los tenemos de regreso con siete canciones (un poquito más que un EP) que entregan un buen compendio de lo que ha sido la carrera de la banda, léase: un sonido que apuesta por la fuerza de riffs directos, que busca recuperar la potencia de los primeros álbumes de la banda y que en términos de temáticas va por donde suelen ir, dígase, reivindicaciones sociales e incitaciones al levantamiento popular. 

El trabajo resulta entonces sencillo de oír, solo veinticuatro minutos de música que abren con un tridente que declara intenciones, primero con 'Legado' y su llamado a la la sublevación ("Hoy la lucha debe continuar igual..."), para luego sostener el peso sumado a un trabajo de batería llamativo y atractivo tanto en 'Fraternidad' como 'Sagrado'. Luego establecerán una pequeña pausa mediante el instrumental 'Llamado primitivo' para retomar la energía con 'Puño criminal', un tema más groovero en donde el bajo adopta mayor protagonismo, e ir cerrando con una visceral 'Violento despertar' seguida de la balada 'Culpables de hoy', que no está mal pero falla en la producción (suena horrible, digámoslo) y me parece no logra alcanzar las cotas emotivas que pretende. Algún momento explosivo o un solo hacia su final no habría estado mal...

Legado de A.N.I.M.A.L cumple su objetivo por donde se mire. Si bien es un trabajo breve que ambiciona poco, aquello que se propone lo consigue: mantener vivo el espíritu y la fuerza de los argentinos. A estas alturas, es lo que hay.

¿Canciones? 'Fraternidad' y 'Violento despertar'.

6,8 / 10
Cumple y algo más...

lunes, 28 de abril de 2025

Fito Páez: Novela (2025)

"Pasado por agua..."

Para comprender el contexto completo que ha rodeado la publicación del más reciente trabajo de Fito Páez hay que ir y volver en la historia del argentino, particularmente a casi cuarenta años atrás. Y es que fue tras Ciudad de pobres corazones (1987) cuando el artista sintió la necesidad de conducir su carrera hacia senderos más luminosos y escapar de la oscuridad que estaba atrapando su vida. De ahí un disco como Ey! (1988) y el posterior inicio de una nueva etapa tanto con Tercer mundo (1990) como con los míticos El amor después del amor (1991) + Circo beat (1994). Para mediados de los noventa efectivamente Fito era todo luces y glamour, sin embargo, diez años atrás la cosa no era tan así y fue en dicho contexto en que se pensó un trabajo como Novela, un álbum conceptual que incluso se soñó como película pero que finalmente quedó botado entre demos e ideas que jamás se concretaron. Eso hasta dos años atrás, cuando el vocalista decidió retomar el proyecto aunque claro, con una salvedad no menor: que hoy Fito es otro. El actual viene publicando discos como churros desde hace veinte años, la mayoría de ellos breves aunque de vez en cuanto nos encontramos con un algún arranque extenso, ambicioso y grandilocuente, ocurrió unos años atrás en La ciudad liberada (2017) y ocurre también en este Novela, veintitantas canciones que en casi setenta minutos pretenden abarcarlo todo, y por lo mismo acaba enredándose consigo mismo.

No voy a entrar acá en la absurda comparación entre los demos originales y las versiones que finalmente Fito Páez acá ha publicado pues dicho ejercicio no tiene sentido alguno. Novela no existió en 1989 y existe en 2025, punto final. Y si, que el vocalista seguro entrampado en su ego es que ha decidido pasar los mencionados demos por agua, agregarle algunas cosas nuevas y unos cuantos relatos a fin de volver más comprensible la historia que se narra, sin embargo, si el disco funcionase poco nos importarían los retoques realizados. El problema es que no es así. Novela es otro álbum del argentino incapaz de escapar de sus lugares comunes, digamos, esas canciones pomposas, sobre cargadas y que recurren habitualmente al (auto) homenaje con descaro. 

Y si, que el 80% de Novela (si es que no más) suena a cosas que antes ya le hemos oído a Páez. Medios tiempos como 'Maldivina y turbialuz', 'Cuando el curso llega al pueblo' (que es como una mezcla entre cuatro canciones de Fito), 'Cruces de gin en sal', 'El vuelo', 'Aceptémoslo' o el rock de 'Jimmy Jimmy' (otra que huele a refrito por todos lados, aunque el guiño a 'Sgt. Peppers...' de The beatles resulta simpático) son cosas que si en algún momento funcionan lo hacen únicamente desde la falta de originalidad, mientras que el resto se debate entre cosas tan inofensivas como 'Argentina es una trampa' o derechamente flojas tipo 'Miss understood' , 'Superextraño' (¿En serio Fito no puedes hacer rimar algo mejor que esto?) o toda esa recta final que se hace realmente eterna, aburrida hasta decir basta. 'Sale el sol', por favor, que tortura de canción...

No todo será negativo eso si, la producción del disco se destaca pues este suena realmente impecable, mientras que la desnudez de 'Balas y flores' o la oscura 'El último apagón' funcionan desde la rareza, ahora, esto teniéndole demasiada paciencia a un disco que jamás engancha y vuelve a dar muestras de un artista que luce como un constante "quiero pero (ya) no puedo", un tipo que se sigue cantando a si mismo y a las pruebas me remito: ese exageradísimo y meloso cierre a cargo de 'Esperanzas y tormentas'. ¿Es que en serio Fito cree que está cerrando una obra maestra? Wow...

¿Canciones? 'Balas y flores' y 'El último apagón'.

4,5/10
Nada muy especial...


Otras reseñas de Fito Páez:
2020: La conquista del espacio

martes, 22 de abril de 2025

Perfume Genius: Glory (2025)

 "Pantano oscurísimo..."

Cada álbum de Mike Hadreas es un verdadero mundo en si mismo. Enfático, grandilocuente, pomposo e inaccesible, los lanzamientos del autor estadounidense suelen venir empapados de una propuesta tan singular como desafiante, y su séptimo disco no llega para ser la excepción. Ahora, si bien es de reconocer (y aplaudir) que el vocalista mire siempre hacia adelante en sus trabajos, nobleza obliga el admitir que esta vez se le ha ido la mano con las atmósferas íntimas y oscuras que ha buscado visitar, armando un conjunto claramente de autor pero que seguro resultará prácticamente infranqueable para cualquiera que ande con poca paciencia. Dicho en simple: si andas buscando melodías o sonidos relativamente inmediatos, aquí NO es. 

Y es que si bien el álbum abre muy arriba con esa pasada impecable por 'It's a mirror' + 'No front teeth', dos canciones de cuerdas (en la segunda haciendo dueto con la neozelandesa Aldoud Harding) pero que van y vienen en términos de estructuras incorporando más de algún estallido en el camino, y complementará de buena forma con un medio tiempo como 'Clean heart' (esta más centrada en su trabajo de percusiones), demasiado pronto el disco se internará en un verdadero pantano del que jamás volverá a salir, metiéndonos en una serie de paisajes lúgubres que colocan lo lírico por sobre lo musical, lo cual vuelve al disco una experiencia cada vez más difícil de seguir, aunque no por esto poco interesante.

Lo dicho entonces, que tras el tridente que abre este Glory el resto del álbum va para otro lado, metiendo baladas tras baladas, yendo al piano en una bonita (pero planísima) 'Me & angel' seguida de 'Left for tomorrow', con unos arreglos sutiles dignos de esos R.E.M de la era Reveal (ese olvidado álbum de 2001), para luego meter cuerdas en 'Full on', jugar con los agudos en 'Capezio', volver al piano en 'Dion' y cerrar con una pasada final oscurísima, siendo 'In a row'  la más atrevida de todas en cuanto a arreglos para luego acabar con el ánimo muy muy abajo con 'Hanging out' y sobre todo con la olvidable 'Glory'Cada canción por tanto es toda una propuesta en si misma, sin embargo, los ganchos melódicos son escasos por lo que el experimento si bien derrocha valentía termina luciendo demasiado opaco en el global. 

A Perfume genius algo no se le puede criticar: su valentía y autenticidad. Algo que ciertamente paga poco en estos tiempos. El sello de autor en Glory vuelve a estar presente,  la sensación de que el artista es únicamente fiel a si mismo y jamás tira por lo obvio es potente, ahora, de que en esa búsqueda el disco le ha quedado pesado y difícil de seguir, pues también. Pero bueno, la vanguardia es así. 

¿Canciones? 'It's a mirror' , 'No front teeth' y 'In a row'.

6,5 /10
Cumple y algo más...

sábado, 19 de abril de 2025

Tate McRae: So Close To What (2025)

"En la búsqueda del hit..." 

En la clara misión de meterse en el mainstream con mayor fuerza y volverse viral con algún tik tok (así estamos...) es que la canadiense Tate McRae llega a nosotros con su tercer disco, un trabajo sencillo que en ningún caso pretende reinventar algo (ni siquiera lo intenta) si no más bien coloca todos sus esfuerzos en generar algún tipo de hit desarrollando un pop electrónico de bajas pretensiones, con una voz bastante procesada y que funciona en la lógica del susurro, algo que inevitablemente bebe muchísimo de esa Britney Spears entrada en los dos miles. El resultado por tanto es un producto genérico de escasos matices y que en momentos contados funciona pero que, verdad sea dicha, por lo general resulta bastante aburrido.

Desde la partida nos encontramos entonces con canciones breves (dos a tres minutos todas) que se mueven la mayoría por donde mismo, colocando más que nada fuerza los coros y encontrando en cosas como 'Sports car', 'Signs' o 'It's ok I'm ok' (donde también hay cosillas de la Nelly Furtado más hot) los momentos más sabrosos en todo el álbum, así como en la crítica de 'Purple lace bra' lo más interesante al afirmar que debe estar en ropa interior frente a un hombre (y sexualizarse en general) para que ser escuchada. El resto, sin embargo, resultará bastante monótono entre temas inofensivos donde gran parte parece ser siempre la misma canción. 

Algo que a la carrera de Tate McRae le viene faltando es una mayor cantidad de hits, de ahí seguramente la necesidad de publicar un álbum que va directo ahí, a la búsqueda de algo inmediato. En dicho sentido a la vocalista me parece le pesa su joven edad, sus apenas 21 años la han hecho aspirar a un éxito efímero en lugar de encontrar un camino propio. Y bueno, así le va...

¿Canciones? 'Sports car', 'Purple lace bra'  y 'It's ok I'm ok'.

5/10
Nada muy especial.

miércoles, 16 de abril de 2025

The Horrors: Night Life (2025)

 "Inquietos e inmersivos..."

Si bien siete años de espera suena a demasiado para una banda tan necesaria como The horrors, su vocalista Faris Fadwan ha declarado que para ellos no fue tanto considerando la pandemia y los cambios de integrantes que debieron enfrentar tras esta (la incorporación de Amelia Kidd en teclados y Jordan Cook en batería). El caso es que si bien recibimos la publicación de unos EPs allá por 2021 era toda una incógnita verificar hacia donde dispararía ahora una banda que ha caracterizado su carrera por la búsqueda inquieta de sonidos. ¿Y qué tenemos acá? Pues una evidente inmersión en atmósferas hipnóticas y el desarrollo de una electrónica sucia que por momentos coquetea con el industrial, aunque también un trabajo (a ratos) desequilibrado que claramente va de más a menos.

El disco abre con 'Ariel' y de inmediato declara intenciones, cinco minutos que construyen un murallón inmersivo donde si bien reconocemos un coro este jamás pareciese desatarse por lo que el tema luce más bien como una introducción hacia el resto del álbum (y que seguro funcionará perfecto abriendo sus recitales) que un hit en si mismo, esto a diferencia de una 'Silent sister' que se acerca mucho más a lo que entenderíamos por un single con ese sonido industrial (perfectamente podría ser un tema de Marilyn Manson) y un trabajo de guitarras que conecta con el anterior disco de la banda, aquel sólido V (2017). Más adelante algo como 'Trial by fire' volverá a internarse en esos mismos sonidos afilados mientras que la excelente 'The silence that remains' encontrará las atmósferas más envolventes en todo el disco gracias a ese bajo marcado y una electrónica maravillosa que se desata hacia el cierre del tema. 

La primera mitad del disco da muestras por tanto de lo que esperamos siempre oír en un disco de The horrors: un sonido característico e identitario. Peso, filo y oscuridad a tope. Sin embargo, iniciando la Cara B aparece el gran "pero" del trabajo, centrándose en las atmósferas descuidando por completo el aspecto melódico y los coros. En dicho sentido, la pasada por 'The feeling is gone' + 'Lotus eater' se instala como un pozo espeso, sobre todo esta última con más de siete minutos de jueguitos electrónicos, mientras que el cierre volverá a dar muestras del desbalance pues la banda instala dos canciones bastante contagiosas, primero una  'More than life' que se carga hacia un dark wave bailable y luego 'LA runaway', claramente el tema más pop del disco, pero entre ambas suena una absolutamente experimental 'When the rhythm breaks' que no se entiende que pinta y solamente corta el ambiente previamente logrado. 

Pues lo dicho, que The horrors siempre vendrán bien y acá tan solo con esas primeras cuatro que muestran justifican nuestra atención. Lamentablemente en la segunda parte del disco pareciese que la banda se entrampa consigo misma en la intención de no tirar por lo obvio. Esperemos no pasen otros siete años para tenerlos de regreso...

¿Canciones? 'Silent sister' y 'The silence that remains'.

7/10
Muy bueno.


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