"El chiste de pronto ha perdido la gracia.."
Nos encontramos así con un plato diverso como de costumbre, diez canciones que concentran lo mejor de si en su comienzo, trayendo de regreso con 'Look to windward' esas atmósferas de calma que a medio camino explotarán para luego ir metiendo momentos electrónicos, rapeos y vueltas a la tranquilidad con un piano. Misma jugada que pretenden en 'Emergence', esta vez con la particularidad de ese cierre a lo Kenny G con un saxofón que sinceramente no se entiende que pinta acá más allá de la cursilería del recurso (que no se mal entienda: no tengo nada contra el saxofón, me encanta de hecho, pero usarlo solamente para aparentar una supuesta "apertura" si me parece un desperdicio). Dicho lo anterior, los temas no están mal pero verdad sea dicha: se les ve el plumero a distancia. Primero porque esta idea de canción ya está bastante quemada por la banda y segundo porque los momentos explosivos lucen impostados y predecibles a esta alturas. Otro ejemplo de lo mismo es 'Caramel', que en sus primeros minutos está bastante bien trazando líneas melódicas y rapeos sobre un beat reguetonero, además de una lírica que instala una sentida reflexión respecto a la fama ("Este escenario es una prisión / Una hermosa pesadilla..."), pero nuevamente lo mismo: ¿Qué pretenden con ese minuto final estridente, gritón y cargado al metal? ¿Demostrar que aún siguen coqueteando con el metal? ¿Para qué? Lo único que logran es generar una mixtura forzadísima y absolutamente innecesaria.
Por lo mismo, lo mejorcito del disco lo encontramos en los tres minutos de 'Past self'. Un tema sencillo, versos sobre electrónica, un coro y ya. Algo directo, que no se esfuerza innecesariamente en sonar rebuscado. Lo mismo con 'Even in arcadia' (la canción), que introduce una agradable melodía sobre un piano y posteriores teclados, además de un violín que (esta vez si) justifica su inclusión pues conecta con la atmósfera que el tema traía. Ahora, con esta el disco se termina pues la recta final, las cuatro finales son tedio absoluto. La demostración de lo inicialmente escrito: que estas son las sobras de discos anteriores. 'Provider' y 'Damocles' (azúcar a cucharadas) son diez minutos aburridísimos, en 'Gethsemane' se disfrazan de Coldplay con peso mientras que 'Infinite baths' vuelve a desarrollar la estructura de los temas que abrían el disco, ese comienzo en calma que luego desata explosiones. Más de lo mismo.
Even in arcadia paga el costo de llegar demasiado pronto y huele a paso atrás. No se trata de que sean o no una banda de metal, el punto es que el disco no funciona ni como álbum de pop. De vanguardia ni hablemos. Juega a ser algo osado pero no es más que un constante refrito de un montón de ideas muchísimo mejor trabajadas por otros (vayan a darle play al último disco de Zeal & Ardor, por ejemplo) e incluso por ellos mismos en discos anteriores. Una simplificación en extremo de recursos que lucen agotados, como un chiste que de pronto ha perdido la gracia...
¿Canciones? 'Past self', 'Even in arcadia' y 'Caramel'.
2023: Take me back to eden
2021: This place will become your tomb