"Grandes ideas sin explotar..."
Yendo a lo concreto, nos entregan en esta ocasión diez canciones de producción impecable, las cuales oscilan entre momentos exquisitamente electrónicos (ahí tienes la notable partida a cargo de 'There's no future in optimism' o la excelente 'Sisyphus'), pasajes bastante más densos cercanos al rock en donde el bajo + teclados se encargan de generar la atmósfera ('Hold', 'Have we met', 'Get out my face AKA Bad kitty' o 'R U happy now') y otros que son oscuridad pura ('Radical' + 'Love to give'), armando entre todas un cóctel que en general se mueve sobre terrenos bastante lúgubres (muy por el contrario de lo que reza el título) y donde el mérito se centra en el sonido más que en las estructuras o melodías. De hecho, habrán momentos que transmiten la sensación de que la banda no ha logrado encontrarle el punto a ciertas canciones. Ocurre en 'Chinese fire horse', por ejemplo, quizás el tema más potente en todo el disco en cuanto a actitud gracias a una Shirley Manson que escupe su desprecio hacia quienes piden su retiro a causa del paso del tiempo ("Si, puede esté más vieja / Pero aún tengo el poder en mi cerebro, en mi cuerpo..."), sin embargo, el tema se pierde en la reiteración constante de ese "Wait a minute, wait a minute, wait a minute, wait a fuckin' minute...", así como el cierre a cargo de 'The day that I met god' ha quedado realmente frío sin lograr transmitir la emoción que debería.
Siendo claros, el disco no está mal pero si pareciese cargar con un puñado de grandes ideas que no han podido explotar del todo. Varias canciones dan vueltas sobre la "estrofa + coro" y mueren ahí sin encontrar alguna alza de intensidad que impacte de alguna forma.
¿Canciones? 'There's no future in optimism' y 'Sisyphus'.
Cumple y algo más...
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