lunes, 29 de mayo de 2023

25 Años De... Pearl Jam : Yield (1998)

"Consolidación de la transición..."

En 1996 un álbum como No code representó un claro momento de transición para Pearl jam, digamos, un limbo entre la fase más cruda de la banda y una necesaria madurez que les permitiría sobre vivir. Y si bien sortearon el momento con enorme lucidez entre canciones llenas de fuerza ('Hail, hail', 'Habit', 'Lukin'), momentos introspectivos ('Sometimes', 'Present tense') y otros gloriosamente experimentales ('Who you are', 'In my tree'), el disco dejó a mucha gente en visto, sin respuesta, considerando el que las expectativas con los norteamericanos eran altas tras su increíble trilogía inicial. Contextualicemos: el grunge agonizaba en la segunda mitad de los años noventa, la muerte de Kurt Cobain pegó fuerte y varias bandas sintieron la presión. Algunas intentaron sostener la bandera (Stone temple pilots), otras daban sus últimos coletazos (Soundgarden, Alice in chains) mientras que algunas buscaron sobrevivir haciendo un brusco giro (Smashing pumpkins). Pearl jam, sin embargo, vivía una lucha interna propia, el éxito de Ten (1991) les había colocado junto a Nirvana como puntales de la escena y de aquella responsabilidad necesitaban sacudirse. En dicho sentido, la portada de Yield no es casualidad: ese símbolo de "ceda el paso" en plena carretera hablaba de una banda que se negaba a asumir el relevo, de ahí el paso reflexivo que dieron con No code, el cual se vio definitivamente consolidado en su quinto trabajo.

Yield es un disco de continuidad claramente, hermanado con su antecesor apunta a los mismos sonidos pero con un grado de sofisticación que se encuentra un peldaño por encima. Y es que si bien la producción del trabajo vuelve a correr por parte de Brendan O'brien, las canciones transmiten esas ganas de "sonar a más", abandonando el amateurismo (intencionado, claro) de No code. Y si bien abrirán muy arriba con los tres guturales minutos de 'Brain of J.', una que seguro en aquel 1998 habrá acelerado el corazón de MILLONES que esperaban con ansias volver a oír a ese Pearl jam agresivo y desangrado de sus inicios, bruscamente el álbum declarará intenciones con 'Faithful', reflexiva como ella sola, comenzando en total calma y explotando en los coros con ese inolvidable "Like echoes nobody hearts, it goes! it goes! / We're faithful, we all believe it...", contando además con una estructura desafiante: estrofa + coro / solo / coro  + estrofa. Detalle no menor y que habla de las ganas que tenía la banda de salir de lo esperado, algo que corroborarán de inmediato con la hipnótica 'No way' (tercera en el álbum, tal como hicieron en No code con 'Who you are'), que juguetea muchísimo con las guitarras, seguida del absoluto clásico que es 'Given to fly', emocionante hasta decir basta, una donde la banda encuentra el punto yendo de la calma a la intensidad con un Eddie Vedder increíble transmitiendo a la perfección aquello que el relato desea transmitir. 

"Y aún entrega su amor. Simplemente lo regala.
El amor que recibe es el que guarda.
A veces se ve una mancha extraña en el aire. 
Un ser humano creado para volar..."


La línea reflexiva del álbum continuará su camino en medida que este avance entre canciones que se instalan y construyen desde la absoluta calma como 'Wishlist' o la acústica 'Low light' (una de las dos compuestas por Jeff Ament), las cuales se complementarán con cosas algo más explosivas (básicamente en los coros) estilo 'Pilate' (la segunda de Ament) o 'In hiding' (fenomenal Vedder en esos altos), y el rock algo más desatado del clásico 'Do the evolution' + 'MFC'. Finalmente, el viaje llegará al final de manera sobria con un bicho raro como 'Push me, pull me' y la nostálgica balada 'All those yesterdays', cerrando de manera beatlesca un álbum por sobre todo maduro y ambicioso en el contexto de Pearl jam, quienes realizan un esfuerzo acá por escapar del desgarro adolescente en la búsqueda de melodías más ricas y, por sobre todo, emotivas. 

¿El comienzo del fin para Pearl Jam o el fin del comienzo? Aquel debate lo dejamos a gusto de consumidor, cada cual tendrá su opinión. Para muchos el de 1998 quedará escrito en la historia como el último GRAN disco de la banda, para otros aún habría magia por entregar, aunque en una dirección completamente diferente. Lo cierto es que a veinticinco años de distancia Yield continúa transmitiendo esas ganas de volver a nacer en gloria y majestad, sin renegar de sus crudos inicios pero si abrazando nuevos paisajes. Lo que si está claro es que sin la pasada No code + Yield, hoy difícilmente tendríamos banda. 

¿Canciones? 'Faithful', 'Given to fly', 'Do the evolution', 'In hiding'.

9/10
Brillante.

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